Aunque falta mucho camino por recorrer, la carne de caza se ha hecho un hueco en el mercado nacional y crece en las preferencias de consumo de los españoles. Muchas son las causas de este éxito: es un producto de gran calidad y producción sostenible, que fomenta el desarrollo rural y que avalan nutricionalmente múltiples estudios… Y por encima de todo, ¡¡está buenísima!!.
Uno de cada tres españoles (el 29,3%) consume carne de caza de manera más o menos habitual durante el año, un porcentaje que ha subido de manera importantes en los últimos tiempos. La cifra llega al 50% en los consumidores ‘gourmet’, que destacan del producto su gran calidad.
Y es que la carne de caza es, entre otras cosas, uno de los mejores exponentes de lo que significa una gastronomía sostenible, algo que es si cabe más relevante en un momento como el actual, con la crisis del COVID-19, que obliga a apostar por ingredientes de temporada y que contribuyan a la preservación de la vida silvestre.
No en vano, la carne de caza cumple las recomendaciones de Naciones Unidas como producto que ayuda a luchar contra el cambio climático por su carácter natural y sostenible que fomenta el desarrollo de las zonas rurales y favorece la biodiversidad: animales que se alimentan de forma natural sin provocar impactos en el medio; carnes libres de fármacos y con numerosas propiedades saludables.
En este sentido, la revista científica ‘Meat Science’ ha publicado recientemente un estudio de investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha y de Fundación Artemisan donde se destacan las virtudes de la carne de ciervo, con alto contenido en proteínas, zinc y vitamina B12, bajos niveles de grasa y sal, y fuente natural de fósforo, hierro, cobre y vitaminas B2 y B3.
Son numerosos los informes científicos y profesionales que avalan los beneficios de la carne de caza para la salud, abogando por incluirla de manera habitual en una dieta equilibrada, puesto que por sus características es un producto recomendable tanto en términos de salud como por su calidad nutricional.
Una labor que cuenta con el importante respaldo de los grandes cocineros de España, que emplean la carne de caza como uno de sus productos estrella en la alta cocina nacional. Sin embargo aún queda mucho por hacer y barreras y prejuicios que derribar. La dificultad para que el ciudadano acceda a la carne de caza en su centro habitual de compra, la falta de costumbre a la hora no sólo de consumirla sino de cocinarla o el sabor que no siempre es apreciado son algunos de los escollos que deben superarse.
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