Son muchas las iniciativas de todo tipo (subastas, donaciones, fabricación de mascarillas…) que han surgido desde diferentes puntos de todo el país. A nivel regional, la declaración del Estado de Alarma ha supuesto la paralización hasta nuevo aviso de la temporada de caza del corzo (que debería haber comenzado el 1 de abril), así como de toda competición y concurso de pesca que estuviera autorizado previamente.

Desde la Dirección General de Medio Natural y Biodiversidad del Gobierno de Castilla-La Mancha, y en virtud del Real Decreto que declara el citado Estado de Alarma, se ha remitido una instrucción informando de la imposibilidad de practicar la caza o la pesca hasta la fecha de levantamiento definitivo de esta situación de carácter excepcional.

Estas restricciones afectan especialmente a la temporada de la caza del corzo, que debería haber comenzado el pasado 1 de abril y extenderse hasta el 31 de julio, pero que queda suspendida hasta que desaparezca el Estado de Alarma, momento desde las delegaciones provinciales se informará de cuándo y cómo podrán recogerse los precintos necesarios en las dependencias de la Administración autonómica.

De la misma forma, desde el departamento de la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural se subraya la imposibilidad de llevar a cabo los concursos y competiciones de pesca que ya hubieran sido autorizados y cuya celebración sí podrá ser solicitada nueva mente si así se considera oportuno.

Ante la compleja situación que afrontamos, hay que poner en valor el hecho de que el sector cinegético haya dado un paso adelante, colgando los aperos y emprendiendo acciones diversas que ayuden en la lucha contra el coronavirus.

Así, hay ejemplos de numerosas subastas y donaciones que empresas, asociaciones o federaciones han puesto en marcha para recaudar fondos. También es reseñable el hecho de que empresas del sector cinegético hayan centrado su actividad en la fabricación de mascarillas, batas y diverso material para uso quirúrgico, todo ello básico en la lucha contra la pandemia.

Por último hay que incidir en el hecho de que el mundo rural trabaja sin descanso para garantizar el abastecimiento de productos de primera necesidad en todos los hogares, pero también colabora con su maquinaria en diferentes labores de desinfección.